¡Te doy la bienvenida al Palabrerío!
Vas a encontrar de todo, locuras, experimentos, uno con un teclado (ese es un pesado) y mucho más.

Sos libre de continuar bajo tu propio riesgo. Yo solo soy un cartel de bienvenida.
No digas que no te avisé.

jueves, 14 de octubre de 2010

Nubes de tormenta se acercan por el horizonte lejano.
Creí tener más tiempo pero es evidente que me equivoqué.
Ya no me puedo alejado, por más que corra ya me alcanzan.
Siento como un grito crece en mí...se alteró la calma.
El grito trepa por mi pecho a medida de que las nubes se acercan más y más.
No es un solo grito...son muchos, muchos gritos.
Nubes cada vez más cerca, sale un grito, dos, tres o más.
Las nubes bajan hasta rozar el suelo, me siento solo y perdido en esa congelada humedad.
Grito...grito de auxilio. Grito...grito de socorro. Grito...grito de impotencia. Grito...grito de tristeza.
No hay luz, oscuridad totalmente oscura, sin siquiera una leve claridad.
No hay ojo de la tormenta, no, es un todo compacto y macizo de pura ira, enojo, impotencia, triteza.
Por qué nadie me saca de una vez de este maldito lugar? Creí ver tu mano, pero me equivoqué.
Grito tu nombre y nadie responde. No quiero dejarme caer pero ya no hay alternativa posible. Al menos no hoy.
Grito...grito con tristeza tu nombre.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Alguna de las dos será...

Me fuí, me desaparecí, me borré del mapa, me hice invisible.
O me corrieron? O me desaparecieron? O me borraron?
Será alguna de las dos, porque no estuve aquí por algunos días, no estuve para nada ni nadie, así de simple.

Pero volví, aparecí como ese fantasma que te aterra en tus pesadillas, o como ese que se te aparece en tus sueños para alejar las pesadillas. Y volvemos al principio; alguna de las dos será.