¡Te doy la bienvenida al Palabrerío!
Vas a encontrar de todo, locuras, experimentos, uno con un teclado (ese es un pesado) y mucho más.

Sos libre de continuar bajo tu propio riesgo. Yo solo soy un cartel de bienvenida.
No digas que no te avisé.

sábado, 25 de febrero de 2012

Yo que sé.

Yo que sé...a veces es como estar atrapado entre la espada y la pared. Otras veces es un paraíso.
Es indescriptible, insoldable, inimaginable y muchas más. Quizás demasiadas. Yo qué sé...por lo general me sale bien esto de escribirle al aire, pero vos no sos aire, ese es el problema.
Citando al maestro "ser o no ser? He ahí la cuestión", el sentimiento es igual de indescriptible.
La duda. la mano que nos dibuja parece trabarse por momentos, que para ella serán segundos, pero para nosotros, simples criaturas pueden ser años. ¿Te imaginás? ¿AÑOS de duda? Años de escaparse de un fuego que todo lo consume y que deja espacios vacíos en una hoja medio-pintada-medio-en-blanco. Y es cuando se encuentran esos espacios, que la mano se detiene. ¿Cómo volver a llenar algo que ya estuvo lleno antes? ¿Cómo hacer para llenarlo con lo que desapareció? Duda, tristemente sin respuesta. Bah, aún. ¿No?

jueves, 16 de febrero de 2012

El lápiz sobre la realidad.

Y el lápiz se levantó de su silla y empezó a dibujar.
Trazos finos, inseguros al principio. Duda ante la magnitud del blanco vacío. ¿Vale la pena siquiera intentar hacer algo? ¿dejar una marca? Indeciso, comienza...
Y se dibujan cielos, mares de arena brillante, tierra mojada y sonrisas en los rostros ayer tristes como los llantos nunca escuchados. Los sueños van apareciendo, de a poco, aún titubeantes...con miedo a que resulten ser no más que un mero capricho del soñador ingenuo.
Pero el lápiz sigue trazando líneas, llenando con simpleza el gran vacío. Se rehúsa a dejarse matar, mientras quede grafito quedarán sueños por trazar.

Sueño. Sueño y trazo. Trazo mis sueños.


Pero yo escribo.

Sueño. Sueño y escribo. Escribo mis sueños.
Sueño y te sueño. Escribo y te escribo.
Te escribo sobre un papel, en la mesa del café o sobre el maldito gráfico del libro de matemática.

Y mientras esta ciudad se nubla, el lápiz, MI lápiz sigue escribiendo e intentando dibujar. Porque mientras me quede grafito y alma que seguir alimentando, voy a seguir soñando despierto. Te voy a seguir soñando.


domingo, 12 de febrero de 2012

Un paso muy grande que se da demasiado rápido.

Una lluvia se hace tenue, como una cortina de luz.
La noche amanece, y el delicioso caos que anticipa la calma se siente.
Todo vibra, todo respira. Morimos y vivimos a cada parpadeo.

Todo está en equilibrio. Delicadísimo equilibrio.

Calma y luego caos. Un paso muy grande que se da demasiado rápido, quizá sin pensar en lo que puede venir corremos. Es simple en realidad, más simple de lo que muchos piensan. En un momento estás dentro de ese ambiente donde todo transcurre y no hay necesidad de preocuparse por saber hacia dónde van las cosas...y al segundo siguiente, a la siguiente decisión, estás envuelto en ese mar de ires y venires, donde todo se dio vuelta, donde todo está al revés de como debería estar...y no hay tiempo como para preocuparse en poner las cosas en orden. Ni tiempo ni posibilidad, porque vos dejaste de ser vos, porque (y aunque pienses diferente) vos también te diste vuelta con todo lo demás. Entonces te preguntás cómo es eso posible, estabas tan seguro de vos mismo.

Volver a la calma cuesta, pero se vuelve, te juro que se vuelve. Cómo vuelvas, depende de vos.

jueves, 9 de febrero de 2012

Lluvia de hojas y agua.

¿Si fue mi locura el motivo?, no lo sé.
¿Fue mi acento? Tal vez hablaba en un idioma desconocido.
Tal vez fue por como tocaba el piano en aquél bar en esa calle oscura,
 en esa noche fría de noviembre. Fue extraño, tu primavera era mi otoño.
Y es así, porque las historias tristes quedan mejor con la caída de las hojas.
¿Era una historia triste? Tenía que ser, porque también llovía a cántaros.
La historia era una de esas típicas en las que la gente se despide, y las lágrimas se confunden con la lluvia fría de otoño, esa que cala hasta los huesos. Una de esas historias en las que hay alguien que el que se queda y se ahoga en un licor de mala calidad y olor. En las que hay alguien que se va, al ritmo de un piano triste, hasta alguna estación de ómnibus, o en su defecto de trenes. Lo curioso es que el que se va, se va solo y con su alma, pareciera que los boletos son gratis.

O tal vez no era una historia triste, y la escenografía me engañaba, o ese misterioso licor que olía mal.

Quizás, entre el sueño y la mentira de la realidad, la historia era una de esas donde la gente se encuentra,
en bares olvidados, en calles oscuras, en noches frías de primavera u otoño, casi por una casualidad.
Y las lágrimas se confunden con la lluvia de primavera, esa que te moja íntegro, pero que no te congela. Una de esas historias en las que hay alguien que se encuentra con otro alguien después de una eternidad y una realidad de por medio. El las que una guitarra canta sus alegrías, cuando esos dos alguien se encuentran en una estación de ómnibus, o en su defecto de trenes. Lo curioso es que el que llega, llega solo y con su alma, pareciera que los boletos son gratis.

¿Si es mi locura lo que me hace escribir esto?, no lo sé...espero que si.

sábado, 4 de febrero de 2012

Te dedico un poema, y sus vueltas.

-Te dedico un poema- Dice una voz, tal vez soñando el mañana. 
¿Soñaba? Tenía que ser, la realidad hubiera tenido una lluvia por la tarde y un café en la vereda.
Además, había algo que no encajaba en todo esto...la música de fondo, no era la correcta. Debería estar sonando un Jazz de los tristes, no esa irritante música de ascensor. 

-No necesito un poema ahora- Dice otra voz. -Pero es un poema de los lindos- replica la primer voz, y empieza a recitar. 
El donde-sea en el que se encontraran se transforma en poema, venido desde las mismas raíces de nuestro poeta-soñador, y el poema brota y sigue brotando...

Ya habrá un juzgado que dictamine si fue pasional, negligente, alevoso o premeditado.

La segunda voz está muda. La primera sigue desarmándose en versos y más versos. 
El cuarto pasa de ser un campo de flores, a ser una calle del centro de un pueblito remoto, a ser la orilla del mar en la noche del 31, a ser una noche sin luna ni estrellas.
La realidad pasa a ser el sueño, pasa a ser lo imposible. La realidad perdió su lugar.

-No necesito un poema ahora- repite la segunda voz, y se aleja.

-Pero es uno de los lindos- repite la primer voz, apoyada contra el marco de la puerta.
Y reaparece el café, la lluvia y el Jazz triste.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Sinsentidos y un poco de sentido.

Se me está haciendo costumbre esto de escribir un par de líneas antes de escribir la idea en sí.
Se me ocurre que tal vez algún día pueda poner algo interesante entre estas líneas.

Hoy pensaba, o mejor dicho, Gris pensaba, en la cantidad de sinsentidos que invaden nuestra vida. Cosas que la verdad ni valen la pena siquiera pensarlas. La verdad que si uno se pone a pensar ve claramente todos esos puntos totalmente (y argentinizando) al pedo. 
Mi pelea con aquél amigo que nunca volví a ver. El resentimiento entre familiares de una familia desconocida (seguro hay, siempre hay) y esa larga lista de cosas que hacen nuestra vida un poco más negra y pesada a cada instante. Y para hacer las cosas mejores, tenemos los miedos, las frustraciones, las mentiras, celos, desengaños, y una lista aún más grande de porquerías diarias.

Y como te quiero hacer sentir peor aún, te digo que esas cosas son imposibles, im-po-si-bles, de erradicar de tu vida. Simplemente forman parte de ella.

Pero, ¿cuántas caras tiene una moneda? ¿Y la vida? La vida es en la práctica, una moneda, porque tiene dos caras. Y así como tiene la parte negra, esa que con tanto placer Gris te comentó, tiene esa parte que hace que lo pesado no lo sea tanto, esa parte que hace que haya una pizca de sentido en esta vida larga y jodida. Pensando me dí cuenta de que lo simple, lo cotidiano, nos da las alas y la ligereza para soportar la vida en sí. El brillo del sol, las amistades y la risa por ejemplo. La brisa atrapada en un misterioso vestido rojo. La lluvia. 
Esas son cosas que de por sí, solas hacen mucho, pero combinadas...es increíble lo que puede hacer una sonrisa tuya, o las gotas de lluvia al viento. 

Sobre qué cara caerá una moneda arrojada al aire es algo totalmente aleatorio, depende de cómo rebote, sobre qué rebote, etcétera. Por el contrario, la vida, se puede predecir de qué lado va a caer, en base a lo que uno elija ver y vivir. Se imaginarán como es la fórmula; si elijo creerme que la vida es la porquería que me pintan, el lado que va a quedar visible es ese, el de la negrura absoluta, el del gran sinsentido. Pero, si logro tomar y hacer mías esas cosas simples y cotidianas que hacen de la vida algo más tolerable (y hasta incluso disfrutable) voy a poder ver la cara oculta de la vida (cualquier coincidencia con Pink Floyd es pura causalidad), la cara que logra combinar de forma exitosa ese sinsentido que existe (que no podemos negar que está) con pequeñas cosas que a su vez le aportan sentido y valor a esta vida. 

¿Este blog fue un poco raro no?  Yo la verdad es que no lo pensé así, pero no sé...simplemente fue saliendo en base a lo que pensé hoy. 
Esta entrada es especial, ¡¡es la Nº 100 de mi blog!! Y como habla precisamente sobre el sentido y el sinsentido, sobre encontrar el sentido...me parece que en mi caso esta entrada me sirve a mi para reafirmar que una de las cosas que le da sentido a mi vida (desde el 2010 hasta el presente) es escribir. Me sirve para decir que esto que estoy haciendo precisamente ahora me hace la vida un poquito más ligera.

Y, como es una ocasión especial, la aprovecho para agradecer a tooooooodas esas personas que me dan la alegría de pasarse por este blog y leerme. La verdad que se los agradezco muchísimo la aceptación y espero seguir y no defraudarlos. 

Paz.