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lunes, 7 de marzo de 2016

Experimento VIII/ Pájaros

Lo que pasa es que a las diez desayunan mis pájaros —se excusaba constantemente  —y si no los alimento yo, quién? Hoy es domingo...

Se excusaba con sus libros, con sus personajes nacidos del calor de un domingo de hace mucho, antes de los pájaros, y alimentaba sus pájaros (que en realidad no eran suyos ni de nadie, eran palomas que vivían en la terraza y defecaban en su balcón) con las migas de un horroroso pan lactal.
Pensaba en cuando solía amasar su propio pan y por un momento se le ocurrió que podría volver a hacerlo...cuanto menos lo intentaría; pero ya eran las diez "y si no los alimento yo, quién? Hoy es domingo..." canturreaba.

Y canturreando se acordaba de los fogones, de los teatros y su instrumento dormitando en el armario y pensó que tal vez... Pero era domingo. Eran las diez —Y si no yo, quién? —vociferaba a viva voz.
Un gorrión se batía a duelo con una paloma gris y vieja por la posesión de un pedacito de costra —Hoy es domingo y son mis pájaros —decía, ensimismado por la refriega, observando el revolotear de plumas y picotazos, completamente  ajenos a cualquier sentido de pertenencia para con la mano (que mucho pasadas las diez) arrojaba las migas; pues no eran sus pájaros, eran las palomas que vivían en la terraza y defecaban en su balcón y que ni bien terminadas las migas volarían agitando estrepitosamente las alas a defecar otro balcón, otro domingo.

Las contemplaba irse —Lo que pasa es que hoy es domingo —canturreaba, escribía, coreaban sus personajes —y los domingos ni siquiera conmigo estoy.