
Sentado donde escribo lo que ves, hay una ventana que me muestra el infinito, es una ventana simple, de no mas de 1, 20 metros por unos 70 centímetros, una ventana común, como cualquier otra.
La única diferencia de las demás, es lo que muestra; y es gracioso, porque depende de la hora, la estación, el clima o el grado de limpieza que tenga la mencionada ventana, me muestra cosas diferentes. En verano veo unos enormes álamos, que los vi desde la misma ventana cuando no eran mas que unas tristes varillas con hojas, en el otoño pleno veo esos mismos álamos, pero amarillos, naranjas...presentando la danza de sus hojas al caer, cuando el invierno se instala en la ventana, dependiendo de las condiciónes climáticas, puedo ver la nevada, la lluvia, las nubes, o si tengo suerte y me encuentro con un día límpido como el de hoy, puedo ver las montañas de allá a lo lejos...nevadas o sin nieve.
Como no quería que esos álamos me estorbaran en la foto, me vi obligado a sacarla unos metros más adelante de dicha barrera, en cualquier momento les publico una foto con esos benditos álamos.
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