El genio pensaba y reía dentro de su lámpara, escondida bajo la arena.
El leprechaun contaba sus monedas de oro y reía.
Las gárgolas de la iglesia contemplaban a los humanos pasar y reían.
Reían las hadas, cual dulce melodía. Reían los duendes de sus travesuras.
Reían las brujas, los magos, los elfos, las dríadas...todos ellos.
Contemplaban al humano llorar por lo perdido, llorar de felicidad, llorar de emoción. Contemplaban al humano sin entender porqué le resulta tan difícil reír.
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