Hoy es hoy porque no nos queda otra. Hoy es hoy porque sí.
Hoy es cruel, insaciable y egoísta...sobre todo egoísta, porque nos roba esos latidos que quisieramos estar latiendo a otro tiempo en otro lugar.
Hoy se nos entrega a cada amanecer, con la condición de dejar ir el ayer y de frenar nuestra fábrica de sueños para mañana, con la condición de estar livianos de corazón al despertar y vivir un latido a la vez, pero donde Hoy lo mande.
Pero la gracia de todo esto, es que una vez que nos damos cuenta de que hoy no nos pertenece, justo cuando sentimos que el precio de alivianar el corazón es demasiado alto...justo ahí es cuando ganamos poder, ahí es cuando ganamos dominio del hoy.
La gracia de todo esto, sigue siendo que no importa cuantas veces lo pensemos, desde qué diferentes ángulos se lo mire, cuántos como yo intenten escribir sobre el hoy...el hoy seguirá siendo hoy porque no nos queda otra.
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