Busca su arrepentimiento, presa él también de ese engaño, el del perdón. A sabiendas de que nunca, ni aunque el verano y todos sus álamos se sacrifiquen al dorado juicio del otoño, él nunca podría perdonar su fidelidad ni su valentía.
Para la ignorancia, esa siempreviva virtud, presa fácil somos todos y nuestra pasión no será la excepción. Envueltos en momentos rodaremos sobre la cama, e ingenuos e ignorantes, sudaremos nuestras dudas.
Pero nunca su reflejo, nunca se iba su reflejo. Había quemado cargas, roto platos y tapiado ventanas, pero nunca se iba su reflejo.
Nombre, edad y condición por favor. Firme aquí.
Disconexo, vibrante y atrapado. No en ese orden. Mucho gusto.
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