-Siempre que empiezo a narrar en tercera persona me confundo. Por ejemplo, ¿la mente de quién? Hablo de gente como si yo fuera gran autoridad para decirle qué hacer a cada una de las imágenes-persona que se aparecen en mi cabeza en mis noches de sinsueño-.
Siempre que narra en primera se confunde, se enreda entre lo que siente y lo que quiere decir y en las muchas maneras de decir y no decir. Se concentra más en el cómo hacer llegar el mensaje a sus oídos sordos en vez de crear el mensaje en sí.
-¿Y vos qué sabés? ¿Quién te da permiso para ir relatando la vida de mis imágenes-persona? ¿Quién te creés que sos vos?-
Se oyó preguntar al tiempo que escribía.
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