¡Te doy la bienvenida al Palabrerío!
Vas a encontrar de todo, locuras, experimentos, uno con un teclado (ese es un pesado) y mucho más.

Sos libre de continuar bajo tu propio riesgo. Yo solo soy un cartel de bienvenida.
No digas que no te avisé.

viernes, 30 de septiembre de 2011

El extremo.

Amor y odio. ¿Qué diferencia hay? No son más que sentimientos llevados al extremo. Sin razón, sin nada.
Son esa dosis de vida que nos inyectamos con tal de seguir con la ilusión de que estamos vivos, que no somos marionetas en un juego de gigantes. Son esas decisiones, que acertadas o no, nos llevan por el camino.
Es esa vida que entregamos por un extremo, nuestro extremo.
Se ama a alguien, como se odia a alguien, en ese punto también son iguales. El amor y el odio son entregas, yo me entrego al odio o al amor, me entrego a "la causa". En mi caso por ejemplo, Ella y su vestido naranja y sus ojos de abismo fueron mi causa, y son mi causa, ¿de cuál de las dos? No sé, ahora es solo la causa de mis extremos.
El amor y el odio, como ya dije, te hacen sentir vivo, porque crean ese sentimiento de entrega, entonces, si tengo una vida que entregar, sin ninguna duda eso implica que estoy vivo, ya que no puedo entregar algo que no tengo. Es tan simple como eso.
Amor y odio pudieron haber sido considerados por siempre opuestos, pueden aún hoy sacarse la lengua desde la vereda opuesta de la calle, también pueden si quieren, invadirme por completo, y darme esa vida para entregar, lo ÚNICO que pido, es que me invadan de a uno y en orden, ayer amor, hoy odio, mañana tal vez otra vez amor, y así en lo sucesivo hasta que alguno me domine por completo, hasta que mi vida encuentre el destino para mi entrega completa y absoluta. Hasta que los opuestos se terminen de atraer hasta ser uno.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Hubo una vez un alguien en un yo que fue otro.

Hubo una vez alguien. De hecho, creo que conocimos a ese alguien, si.
Iba a nuestra escuela ¿te acordás? Digamos que no muchos se acuerdan, porque era casi invisible...pero a juzgar por tu cara, vos tampoco te acordás. ¡Acordate de que todos decían que eramos casi iguales! ¿Cómo? ¿Que nadie nunca dijo nada? No. No te creo eso, yo me acuerdo bien, eran muchos los que decían que nos parecíamos...¡¡Que sí!! te digo que todos decían eso...pero, haber, escuchame que lo digo lento: Todos...hablaban...y decían...que nos parecíamos...¿entendés ahora? ¿Que no? Bah, no tenés remedio vos.
Si hicieras un PEQUEÑO esfuerzo te acordarías. ¿Nada? Bueh...
Acordate de que era como "inestable" podría decir, estaba siempre solo, y tenía una mirada que asustaba un poquito. Yo creo que tenía problemas en la cabeza, porque no soportaba ni una joda chiquitita...nada, me acuerdo que una vez le hice un comentario sobre no se qué, y parece que se enojó en serio porque me metió tal puñetazo en las costillas que hasta el día de hoy me duele todavía.
Pero, ¿qué estás haciendo? ¿A quién llama doctor? Doctor, nuestra sesión no termina todavía...no, no, ¡¡¡la mascarilla no Doctor!!! ¡¡No se me acerque!! ¡¡Gris!! ¡¡¡AYUDA GRIS!!! ¡¡¡GRIS!!!!