¡Te doy la bienvenida al Palabrerío!
Vas a encontrar de todo, locuras, experimentos, uno con un teclado (ese es un pesado) y mucho más.

Sos libre de continuar bajo tu propio riesgo. Yo solo soy un cartel de bienvenida.
No digas que no te avisé.

lunes, 15 de agosto de 2011

Dialogo con Gris.

Gris se apareció hoy por casa, tan simple como siempre. Ni siquiera tocó la puerta, pasó y abrió la heladera (como siempre). Después de que se hubo alimentado con las sobras del medio día, subió a verme a mi escritorio. Luego de tirar un "hola" al aire (nunca se dirige a mi directamente, no sé por qué) empezamos a charlar.
Gris:-¿Cómo está el?
Yo:- Bien, no tengo nada nuevo que contarte. Te dejé los fideos los viste?
Gris:- Si los vio. Estaban buenos [hace una pausa, como regulando qué decir] Qué hace el ahora?
Yo:-Hablo con ella, ya sabes lo enamorado que estoy [me río, en realidad no sabe].
Gris:- No, Gris no sabía. ¿Por qué no se lo dijo antes?
Yo:- No no no, yo RECUERDO haberte hablado de ella, estoy seguro.
Gris:- El se equivoca, nunca le habló de esta tal "ella". Al menos el podría decir su nombre.
Yo:- Se llama Yellow. Gris no tienes idea, es la chica de mis sueños.
Gris:- [Hace un gesto triunfante] Ajá! conque eso era lo que lo tenía ocupado a el! Gris ya lo sospechaba, el se enamora y ya no deja tiempo para sus amigos.
Yo:- Sé que Gris se hace el ofendido, en realidad sé que está tan feliz como yo por haberme encontrado con alguien como Yellow. A gris no le gusta venir a casa, yo lo sé.
Gris:- [Serio, pero no enojado] El miente! El miente! El no conoce a Gris...Gris conoce a Gris y a el. Pero El no se conoce a si mismo ni a Gris. Si no se conoce a si mismo no puede sacar conclusiones sobre Gris.
Yo:- [Yo sí estoy enojado] Ahora vos te equivocas...yo sí me conozco, por algo hablo con vos.
Gris:- Pero quién le asegura a El que no está hablando con Gris para conocerse a sí mismo?
Yo:- YO me lo aseguro. Flaco, te cayeron mal los fideos fríos.
Gris:- El no es nadie para asegurarse nada! [levanta la voz por primera vez] El solo conoce una pequeña parte de sí mismo...de otra forma no se habría sorprendido tanto cuando me vio llegar por primera vez.
Y el maldito tiene razón, yo nunca habría supuesto que había alguien más parecido a mí que Gris, pero aún así,  todo lo que decía sobre "conocerme" se derrumbó como un castillo de cartas, al conocerlo cada vez más me daba cuenta de lo poco que me conocía.
Yo:- [Ya tratando de salir airoso de una discusión ya perdida] Yo me sorprendí porque no creí que hubiera alguien como Gris...yo pensaba que no había dos personas iguales.
Gris:- Eso pone en evidencia lo poco que el conoce del mundo. Siendo el mundo tan ancho y diverso, como puede el estar seguro de que no hay dos iguales? Gris sostiene, el no conoce nada.
Esto ya estaba tomando carácter de resentimiento...
Yo:- Que te molesta Gris? Hoy estás raro...
Gris:- El no sabe, ni va a saber.
Yo:- Dios! como estamos hoy! Mejor, volvé por donde viniste, que hoy estás enojado...volvé a casa cuando estés menos susceptible.
Gris se fué...va a volver...

jueves, 11 de agosto de 2011

Su vestido naranja, nada tiene que ver...

Es extraño el silencio, es como una presencia. Algo indescriptible y terrible, algo hermoso y aterrador. No es silencio de soledad, no es silencio de que no quiere hablar. Es silencio de aquel que no tiene qué decir, que prefiere su silencio. Silencio del secreto que no ha de ser revelado. Secreto terrible, recóndito y aterrador. O recóndito y hermoso, no hay diferencia, secreto es y ya. Simple el silencio absoluto, más compleja se me hace su causa. ¿Por qué de tu presencia oh silencio?¿ Qué haces aquí oh silencio? Donde antes no estabas te hiciste presente. ¿Quién te viera venir oh silencio, que no avisó de tu llegada a este lugar otrora ruidoso ahora silencioso? Palabras, han volado ya lejos de aquí como la tela de su vestido naranja al viento sureño. Pero no, su vestido naranja al viento sureño no es asunto nuestro, no hoy. El silencio intriga mis sentidos. Creo escuchar palabras, si, pero son tan vacías de significado como de tristeza su rostro esa tarde de vestido naranja y viento sureño. Vuelve oh silencio, que yo si te aprecio. Yo comprendo tu naturaleza y te acepto tan vacío como puedas ser, porque sé que no estás vacío. Sé, que estás lleno de esas hermosas cosas que representan la calma y la paz, y hay tan poco de eso en estos días...