¡Te doy la bienvenida al Palabrerío!
Vas a encontrar de todo, locuras, experimentos, uno con un teclado (ese es un pesado) y mucho más.

Sos libre de continuar bajo tu propio riesgo. Yo solo soy un cartel de bienvenida.
No digas que no te avisé.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Hija del temblor.

Nació en algún punto del inmenso océano, hija única de un potente temblor en lo profundo. Segundos de nacida tenía y ya echó a correr, con resuelta locura hacia la lejana costa, aunque ella no lo sabía aún.

En su camino, creció, cambió sus colores de un suave gris a un profundo azul-verdoso; se dio cuenta de su poder y lo puso a prueba, se desarmó contra el costado de algún bote ocasional y se volvió a armar. Miles de diferentes criaturas la acompañaron durante trechos de su alocada carrera, a veces compartiendo su juego, otras luchando contra ella; ella casi siempre les ganó...sintió su inmensidad y se sintió invencible, poderosa y temeraria. Ella seguía sin saber, pero la costa se acercaba.

La alarma sonó en la costa, en las calles, en todos lados. La gente, se amontonó en las calles, huyendo hacia donde los cerros prometían refugio, llevando consigo sus amados y un poco menos que lo esencial, estaban acostumbrados ya. La noche los acompañó esperando, llorando una suave lluvia mientras la veía acercarse. La gente esperaba en silencio, con paciencia ganada por años de lo mismo; la oyeron llegar, luego la vieron, inmensa e imparable. Muchos cayeron de rodillas, llorando junto a la mañana, otros simplemente agacharon la cabeza en señal de respeto y rendición.
La mañana la despertó, y mientras abría los ojos vio la costa, los edificios en la calle que rodeaba la playa, altos y encandilantes, le gustó la vista y se acercó, aún sin saber.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Blanca

Le gusta el mar, es su escondite preferido. Le gusta oír la sinfonía conjunta de olas y espuma, el eterno chapotear contra el acantilado.
Recorre las desiertas playas con simpleza, con los pies descalzos sobre la arena, con el pelo "azul-ola" suelto al viento, con su sonrisa pintando anocheceres.

Ella es Blanca, pero no de ese blanco insulso y aburrido, sino de ese blanco que tiene algo que decir, ese blanco que pinta una incógnita en el aire y una sonrisa en mi cara.

Blanca tiene un poco de mar dentro de sí; tiene ese ritmo particular cuando se mueve, ese ímpetu y esa determinación que es tan propia del mar. Pero cuando canta...cuando canta, el mar en sí toma su voz, y  la transforma; Blanca es el mar mismo, es la voz de las olas, el canto de la espuma. La noche del mar le pertenece; le pertenecen sus colores, sus aromas, su tiempo mismo.

Me gusta visitarla en su escondite preferido, mimetizar mi tímida voz con la suya mientras escuchamos a las olas cantar. A la noche, cuando el tiempo se detiene, nos sentamos al borde de su acantilado y compartimos brownies; todo transcurre con simpleza, con los pies descalzos sobre la arena.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Mediodía.

Hacía frío, pero salieron igual, necesitaban el aire y el espacio para revisar los últimos eventos.
Su llegada, un momento de reconocimiento en la puerta, el beso tímido, el beso no tan tímido, el beso no tímido en absoluto; el bolso en la escalera, el bolso en el suelo, Ella preparando el café.
Ella se rió, con esa risa fácil suya, y le preguntó donde se había golpeado "evidentemente en la cabeza, no me acordaba" dijo él, riéndose también.

El café y la mañana pasaron tranquilos sin apuro, después de todo, solo eran horas, horas contra los meses que ya habían pasado, un sorbo de café contra la eternidad. El mediodía llegó pidiendo permiso, ni el se atrevía a interrumpir ese momento...pero eventualmente llegó y ellos se fueron a caminar.

Un otoño-casi-invierno pintaba el paisaje, estaba frío, pero salieron igual.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Mañana AM

07:30 AM.

Suena el despertador, la mano perezosa busca a tientas y haciendo muestra de una increíble precisión, lo apaga de un solo golpe. Con los ojos aún cerrados se viste, con los ojos aún cerrados se tropieza con la silla. Mal comienzo...aún así, no abre los ojos.

07:50 AM.

Escaleras.
Las escaleras pueden ser engañosas para el sonámbulo inexperto, pero él ya conoce sus trucos y sortea los obstáculos sin problemas, o sin demasiados problemas al menos...como ser de rutina que es, su deambular se desarrolla con patrones básicos que nunca cambian, manteniendo su pequeño sistema en equilibrio, pero cuando cambian, este sistema se desmorona. También él se desmorona al cruzar sus pies con un extraño objeto en el ante último escalón, una especie de...bolso.
Una vez recuperado del golpe, se dedica a inspeccionar el contenido del bolso, ahora esparcido por el suelo; un espejo, un cuaderno, ¿¿crema de cacao?? ¿Qué es esto y a quién pertenece? Memoria en blanco, desesperación al no saber qué pasa, olor a café...¿olor a café? Eso es extraño, casi sobrenatural...es hora de averiguar qué pasa.

Cocina.
Ella está ahí, eso explica muchas cosas.