¡Te doy la bienvenida al Palabrerío!
Vas a encontrar de todo, locuras, experimentos, uno con un teclado (ese es un pesado) y mucho más.

Sos libre de continuar bajo tu propio riesgo. Yo solo soy un cartel de bienvenida.
No digas que no te avisé.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Caminos y caminantes.


Te vi llegar por mi ventanita, estaba medio empañado y mojado por la lluvia, pero sé que te vi llegar y limpiarte las botas y tocar en la puerta del refugio. No sé si ya sabía que ibas a llegar, no sé si yo deseaba que llegaras, pero acá estás,  así que te pregunto el camino que te trajo hasta acá.

Me contaste de muchos caminos, cada uno tan interesante y posible como cualquiera. Pero hubo  especial, ese que me contaste mientras sorbías el segundo o el tercer café; ese camino en el que yo me reconocí como caminante. Y nos entendimos, pudimos describir el camino del otro, porque aunque sin saberlo, pudimos habernos cruzado una o dos veces, sin saberlo buscábamos lo mismo.

A la mañana nos acompañaba el bendito café, de hecho es el de anoche, te dije lo inútil que soy al medir cantidades. Sorbo, cara de asco, sonrisa, comentario, risas. ¿Vamos a la mesa? Tengo galletitas, ¿querés? Sorbo, cara de asco, -con un poco de azúcar se arregla sabés-, comentario, azúcar al café…mucha azúcar.

No sé, y sé que vos tampoco, hasta cuando nos vamos a quedar en esta pequeña pausa en nuestro caminar, pero la promesa de caminar juntos siempre está.

No hay comentarios:

Publicar un comentario