Me sentía tan gris ultimamente...como muerto, mis palabras carecían de color, mi cara de expresión. Era como la típica tarde gris en la que no pasa nada.
El color me había abandonado...los cálidos se habían mudado a otra persona, hasta los fríos me habían dejado...quedando conmigo solo los neutros, esos que no dicen nada, no muestran nada.
Pero, algo llegó y devolvió colores a mi vida-paleta. Algo, mas bien alguien, me lavó el pincel con el que pintaba mi vida y lo recargó con colores.
Primero eran colores pálidos, pero colores al fin, luego fueron más y más intensos hasta llegar a ser una paleta colmada por colores, flúor, cálidos, fríos, neutros, claros, oscuros. Los colores volvieron a mi vida y con ellos la vaga idea de la esperanza. Esperanza de encontrar lo que tanto tiempo me costó dilucidar qué era, necesito emociones nuevas, colores nuevos. Intenté combinar colores que ya tenía, pero no salían colores nuevos. Salía un marrón asqueroso, un rosa empalagoso, un simple gris. Me dí cuenta de que con esas combinaciónes no traerían las emociones que buscaba, por lo que decidí esperar, esperar a ver si el nuevo color trae la nueva emoción. Y seguro que valdrá la pena esperar.
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