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lunes, 27 de octubre de 2014

Ejercicio I / Primavera según Lucas.

-Es linda la primavera...qué se yo, uno se siente distinto viste...como más alegre. Y una alegría contagiosa encima...porque no importa qué tantas ganas tengas de seguir enojado y encorvado por el frío, siempre hay alguien que se te cruza corriendo, los aromas del jardín o una nena disfrutando un helado con la mamá...y a uno le entran unas ganas de salir, de ir desabrigándose un poco. La gente va dejando el auto un poco más lejos del laburo, te ponés esa ropa de verano que te regalaron en invierno (que te olvidaste de ir a cambiar por algo más apropiado a las fechas). A mí personalmente me dan ganas de caminar más, aunque mi señora me reta por salir solo. Disfruto mucho venir acá y sentarme a escuchar como pasa el mundo...más de una vez me ha tenido que despertar Juanjo, el mesero, porque me dormí sentado. Si...una risa.

(Hace una larga pausa, yo le saco una o dos fotos mientras él se arma un cigarrillo y me pide fuego, como no tengo se levanta y va a pedir a la barra)

-Con todo esto de la primavera uno también se olvida cosas viste? Se le aloca todo a uno, se rompen un poco los hábitos del invierno...salir abrigado hasta las pelotas, encasquetarse el sombrero y nunca salir sin el encendedor para el camino. Yo hoy dejé el sombrero y en la volteada también dejé el encendedor. Ayer fue mi maletín. El otro día el bastón. Pero está bueno esto, porque es señal de cómo vas aflojando, de como se van desentumeciendo los músculos

Yo me río un poco, intercambiamos una o dos anécdotas, lo que me lleva a preguntarle como siente que ha cambiado su percepción de la primavera a lo largo de los años -Y, uno se pone más grande (yo no, yo me pongo viejo directamente) y todo cambia...pero respecto a la primavera, para mi fue mucho más... -le da una larga pitada a su cigarrillo- drástico el cambio...en un momento dejé de ver realmente los colores, los árboles del banco con ese verdecito tan nuevo o las polleras de las chicas. Mi vida se oscureció bastante, y con esa oscuridad yo también fui perdiendo mucho el aprecio por los olores o los sonidos...en parte porque me dejaron de importar, y en parte porque me los fui olvidando (hablando de olvidarse cosas).

-Pero, ¿qué es esa oscuridad de la que habla?- Pregunté, sin estar realmente seguro de cual sería la respuesta.

- ¡Ah! ¿No te dije? Soy ciego desde los veinte.

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